Explicación:
En
esta oración nuestra alma, apoyada en una expresión, se eleva a Dios y, de
alguna manera, queda unida y quieta en Dios.
Decimos
la frase que nos corresponda, por ejemplo: “Tú eres mi descanso”. Y nos quedamos en
silencio un minuto. Durante ese minuto la frase debe quedar resonando en nuestra
alma; es decir, debemos tratar de sentir con toda nuestra alma lo que quiere
decir “Tú
eres mi descanso”,
tratando de poner la fuerza en el descanso, y así, permaneceremos en una gozosa
quietud, llenos de sentimiento de descanso.
Enseguida
otra frase, un minuto para sentir y vivir lo que la frase dice, dejando llenar nuestra
alma de las resonancias de la frase, poniendo siempre la fuerza en el Tú.
Después de cada frase un minuto de silencio.
Práctica:
Nos ponemos
en una posición orante, con los brazos y las manos caídas sobre los muslos, los
ojos semiabiertos, recogidos, sueltos y descansados.
Vamos
a abrirnos a Aquel que es la fuente de nuestra vida, el puerto final de nuestra
existencia, el motivo de nuestra alegría, nuestro Dios y nuestro Padre. (Podemos
colocar la música del siguiente video de fondo para nuestra oración)
Abrimos
nuestra alma, diciéndole:
Ella: Señor, Señor, Tú eres mi Dios.
Él: Dios mío, mi alma tiene sed de Ti.
Ella: Señor, Señor, a Ti te busco desde la aurora
de mi vida.
Él: Desde siempre y para siempre Tú eres
Dios.
Ella: Dios mío, Tú eres la inmensidad infinita.
Él: Oh Señor, estás tan lejos y tan cerca.
Ella: Dios mío, Tú eres descanso total.
Él: Señor mi Dios, sólo en Ti siento paz.
Ella: Dios mío, Tú eres seguridad completa.
Él: Oh Señor, Tú eres alegría total.
Ella: En Ti, mi Dios, me siento libre y fuerte.
Él: Oh mi Señor, Tú eres la ternura de mi
vida.
Ella: Dios mío, Tú eres nuestra vida eterna, grande
y admirable Señor.
Ella: señor, señor, Dios mio, en ti pongo todo mi ser.
ResponderBorrarEl: señor mio, Dios mio, te amo, te necesito.
Ella: en ti señor, pongo todos mis propositos y metas.
El: en ti, esta mi corazon, mi alma, mi espiritu.
Esta oración de elevación nos invita a un momento de profunda conexión con Dios, donde nuestras almas se unen y encuentran reposo en Su presencia. A través de las frases y los momentos de silencio, somos guiados a centrarnos en la naturaleza divina de Dios y a experimentar Su paz, alegría y seguridad. Nos recuerda que, en Dios, encontramos descanso y fuerza, y que Él es la fuente de nuestra vida eterna. Esta práctica es un recordatorio de buscar y experimentar la presencia divina en nuestra vida diaria, encontrando en Dios la paz y la plenitud que anhelamos.
ResponderBorrarNos damos cuenta que Dios es todo lo que nos rodea , vemos,sentimos, tocamos y si somos agradecidos, comprometidos,disciplinados con su palabra y enseñanzas iremos por el mejor camino de su lado.
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