QUÉ ES LA
SEXUALIDAD[1]
El ámbito de la sexualidad no sólo se reduce a la
genitalidad, sino que comprende también aspectos psicológicos y espirituales,
que afectan a la totalidad de la persona y a sus relaciones con los demás. La
genitalidad es sólo una parte de la sexualidad, que está encaminada a la
expresión máxima de un amor total, orientado además a la procreación.
La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer
como tales. Y esta diversidad – masculina y femenina- hace posible la
complementariedad, poniendo de manifiesto la vocación del ser humano a la
reciprocidad, al amor, a la donación mutua y a la fecundidad.
DIMENSIONES DE
LA SEXUALIDAD
a) Dimensión
personal: la sexualidad configura y afecta directamente al
cuerpo y, a través del cuerpo, a la totalidad de la persona humana. La
diferenciación sexual proporciona una forma de sentir, de amar y de reaccionar
que es diferente según se trate del varón o la mujer. Lo masculino y lo
femenino, son dos modos de ser persona y de relacionarse con los demás. La
sexualidad acompaña al crecimiento de la persona y atraviesa distintas fases o etapas,
hasta llegar a la heterosexualidad adulta y madura. En esa evolución la
sexualidad necesita ser conducida responsablemente hacia su desarrollo pleno y
perfecto.
b) Dimensión
relacional: la sexualidad constituye también un lenguaje de comunicación
que se manifiesta a nivel físico, afectivo y espiritual. El contacto físico es también
una forma de comunicar el amor; no de comprobarlo, sino de demostrarlo. El acto
corporal debe corresponder a la verdad de la relación que une a las personas.
En el encuentro sexual completo se entrega toda la persona en cuerpo y alma.
Por eso debe responder a un tipo de relación de verdadera entrega: total,
definitiva, y abierta a la vida. La coherencia entre la verdad de la relación y
el lenguaje que la expresa debe integrar, junto a la dimensión física, las
dimensiones afectiva, psicológica, social y espiritual del amor. La sexualidad
alcanza su pleno significado personal y humano cuando sirve a la
complementariedad y a la comunión de la pareja, expresando un verdadero amor
conyugal caracterizado por ser: plenamente humano, total, fiel, exclusivo y
fecundo.
c) Dimensión
procreativa: la plana expresión del amor conyugal faculta a
los esposos a procrear nuevas vidas, cooperando con Dios creador. Así lo
expresa la encíclica Familiaris consortio de Juan Pablo II: “…los llama a una
especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder de Creador y
Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión de la vida
humana”.
CONDICIONES
PARA UNA UNIÓN SEXUAL DIGNA DEL SER HUMANO
- Debe ser un
encuentro verdaderamente humano: encuentro libre, entre iguales, en el respeto
a la dignidad personal de los cónyuges.
- Debe ser
expresión del verdadero amor conyugal: a través de
la unión de los cuerpos, los cónyuges llegan a compartir generosamente toda su
persona.
- Debe estar
responsablemente abierto a la transmisión de la vida: En el acto
que expresa su amor conyugal, los esposos están llamados a ser cada uno don de
sí para el otro, y nada de lo que constituye su ser personal puede quedar
excluido en esta donación. Ni siquiera la capacidad procreadora La
contracepción contradice la verdad y la plenitud del amor conyugal. La
estructura natural del acto conyugal debe ser respetada.
CARIDAD
CONYUGAL Y VIRTUD DE LA CASTIDAD
La presencia
del Espíritu Santo sostiene el esfuerzo de los esposos por lograr el amor y la
comunión de vida que les remita a la unión con Dios. Desde esta perspectiva
podemos entender muy bien la virtud de la castidad dentro del matrimonio.
Consiste en el dominio o autocontrol personal de la propia sexualidad que
permite a los esposos superar la fuerza del puro instinto y del egoísmo, ser
fieles a los compromisos matrimoniales, hacer que el lenguaje sexual exprese el
amor conyugal verdadero, y asegurar el respeto y la delicadeza en las relaciones
de pareja. En esta perspectiva podemos considerar la virtud de la castidad como
la capacidad de la persona para controlar la energía sexual y ponerla al
servicio de la expresión del verdadero amor conyugal: plenamente humano y
total, fiel y exclusivo, y fecundo. El respeto, la delicadeza y el amor
verdadero, que se merece cada uno de los esposos, así como el ejercicio de la
paternidad responsable, quedan garantizados y atendidos en la medida en que los
esposos ejercen el dominio sobre su sexualidad. Así lo testimonian muchos
matrimonios.
EDUCACIÓN DE LA
SEXUALIDAD
En la sociedad contemporánea, con demasiada
frecuencia, se ofrece sólo una información sexual desprovista de toda
valoración antropológica y moral. La preparación para el matrimonio, como la
preparación para la virginidad, exige una educación para el amor, una educación
de la sexualidad. Esta educación tiene, sin duda, un elemento informativo. Pero
supone también la necesidad de formar en el dominio de sí, en la capacidad de
orientar el instinto sexual al servicio del amor, y de integrarlo en el
desarrollo de la persona. Debe tratar de integrar las diversas dimensiones de
la sexualidad y ponerlas al servicio de la persona y de la pareja.
El amor conyugal es unitivo y procreador. Vivir
ambos fines conjuntamente exige un esfuerzo de educación y dominio de sí que
serán, a la larga, gratificante para los esposos. También en este aspecto es
urgente una educación de la sexualidad dentro del matrimonio.
[1]
Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida. Diócesis de Cadiz y
CEUTA. Catequesis de preparación al matrimonio y a la vida de familia. Pag. 47
- 49.
la sexualidad es una parte importante en la relacion de pareja, vivimos unos tiempos donde todo ha cambiado, debemos estar atento a esos cambios, una vida conyugal se basa en la fecundidad, en tener unos hijos, que son la base de la familia del hogar.
ResponderBorrarla sexualidad es un acto mutuo con un consentimiento de ambos para manifestar el amor que se sienten el uno por el otro es entregarse en su totalidad en cuerpo y alma al otro esto hace que se refuerce mas la relacion de pareja en el matrimonio aparte de que debemos procrear y fecundar como lo dice la palabra del señor
ResponderBorrarEl texto nos explica la importancia que tiene la sexualidad en el matrimonio ya que representa el amor mutuo que se debe tener con respeto, fidelidad, exclusividad y fecundo para así tener una buena relación conyugal con el fin de crecer nuestra familia procesando así como no lo manifiesta el señor en la palabra.
ResponderBorrarEl texto nos indica que la sexualidad y fecundidad, es la interrelación entre ambos aspectos influye en las decisiones personales y familiares, así como en el bienestar emocional y físico de los individuos.
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