domingo, 14 de junio de 2020

JESUCRISTO DA SENTIDO A LA VIDA DEL MATRIMONIO


EL ENCUENTRO QUE CAMBIA LA VIDA[1]

El papa Francisco nos dice: “Jesús no es un personaje del pasado: también hoy sigue iluminando el camino del hombre”. Jesucristo sigue vivo y muchos lo pueden decir porque les ha cambiado la vida, les ha seducido, y se han dejado seducir, convirtiéndose en verdaderos discípulos y en sus testigos. Esta es la misión de los creyentes: anunciar y dar testimonio de Aquél que se ha convertido en su Señor.

Se ha dicho que “el cristiano del nuevo siglo XXI, o tiene una experiencia personal de Dios, o no será cristiano”. Es decir, que en un mundo crecientemente secularizado en el que el entorno social en favor de lo religioso casi desaparece, solamente aquel cristiano que vive con profundidad su relación con Jesucristo podrá resistir la presión social de sectores increyentes, agnósticos e indiferentes.

Al respecto, el papa Benedicto XVI decía: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.

Esta experiencia de encuentro con Jesucristo, de conversión, que le hace reconocerlo como “el camino, la verdad y la vida”, sólo es posible desde la fe en Él. Una fe que encuentra motivos personales para creer en Jesús y confiar plenamente en Él. Una fe que implica arraigadas certezas, apoyadas en fundamentos sólidos. Una fe que se preocupa por la propia formación para poder “dar razones” de aquello en lo que se cree. Una fe que reconocemos como don gratuito de Dios, y que, por tanto, debemos pedir cada día. Una fe, que vivida personalmente y en plenitud, nos lleva a compartirla y alimentarla en comunidad, comenzando con nuestra familia; y también al amor a los demás, dando testimonio del amor de Dios en medio del mundo.

El proceso de conversión constituye el principio de la vida cristiana. Supone un cambio profundo en la historia personal, que requiere una decisión libre y la conciencia de lo que se asume. Es un “si” a Dios, que lleva a vivir como discípulo de Cristo, caminando con otros, abiertos al Evangelio. La conversión es un proceso que nunca termina para quienes mantienen una relación viva y amorosa con Jesús.

EL MATRIMONIO: UNA LLAMADA AL ENCUENTRO CON CRISTO

El bautismo, la confirmación, la participación en las celebraciones de la Eucaristía, la escucha de la Palabra de Dios… son momentos de auténtico encuentro con Jesucristo. También el Sacramento del Matrimonio supone un encuentro con Jesús y una invitación a seguirle como esposos y padres de familia. Por el Sacramento del Matrimonio, Cristo se convierte en el fundamento y la fuente de la vida y las tareas cotidianas de un matrimonio cristiano.

En el matrimonio cristiano, todo es consecuencia del seguimiento de Jesús, de la relación personal con Él. Vuestro matrimonio será cristiano no como consecuencia de un esfuerzo personal, sino gracias el encuentro y seguimiento de Jesucristo. Jesús es el centro de la vida de los cristianos. Casarse “por la Iglesia” es querer que Jesucristo viva en vosotros, y construir el matrimonio que Él quiso, aceptando los valores y compromisos de un matrimonio cristiano.

El encuentro con Jesucristo es una experiencia muy parecida a la de un enamoramiento: cambia la vida y le da un nuevo horizonte de sentido a todo. Por eso, San Juan Pablo II decía: “No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo”. Se trata de abrir a Cristo las puertas de nuestra propia vida, del noviazgo, del matrimonio, de nuestro hogar. Solamente Jesucristo da plenitud a nuestra vida; sólo Él puede dar pleno sentido y estabilidad gozosa al matrimonio y a la familia.

En la medida en la que, en nuestra vida, personal y como pareja, vivamos la presencia de Dios, y nos abramos al trato con Él, podremos crear en nuestro hogar un clima religioso en el que nuestros hijos descubran a Jesús como aquel que da sentido y plenitud a nuestras vidas. Sintiéndonos inmensamente amados por Dios en Jesucristo, podremos reflejar en nuestro amor generoso a nuestros hijos, el amor que Dios les tiene, y decirle, la mejor palabra que unos padres pueden decir a sus hijos: “Dios te ama”. Que los hijos vivan la experiencia de sentirse inmensamente amados por Dios, a través del amor de unos padres que llevan a Cristo en sus corazones, es la mejor herencia que pueden recibir.

LUGARES PRIVILEGIADOS PARA EL ENCUENTRO CON CRISTO

¿Dónde podemos encontrarnos hoy con Jesús?

En primer lugar, en la propia pareja, santificada por el Sacramento del Matrimonio. Gracias al sacramento del Matrimonio, en la relación con el esposo o la esposa está Cristo presente, vivificando y llenado de sentido vuestra vida. Su presencia en vuestro amor de esposos, y en medio de vuestro hogar, es posible y real por el Sacramento que vais a recibir.

Jesucristo está especialmente presente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía y en la Penitencia. La Misa del domingo (primer y principal día de la semana) debe ser el acontecimiento más importante de la semana para toda la familia. También podemos tener cálidos ratos de encuentro con el Señor ante la presencia real de Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía, en cualquier sagrario de cualquier iglesia o capilla de nuestra ciudad. Que no pase ningún día sin tener un ratito dedicado en “exclusiva” para el Señor. También podemos acondicionar algún lugar de la casa con la Biblia o con alguna imagen para la oración diaria… Es maravilloso poder orar en familia: al sentarnos a la mesa, antes de dormir…

Un encuentro muy importante con Jesús se produce cuando leemos la Sagrada Escritura y, de modo especial, los Evangelios. Escuchar a Jesús y contemplar sus gestos y actitudes es la única forma de ser discípulos. Así lo hicieron sus apóstoles y cuantos le siguieron. Todos los días le escuchaban, le contemplaban, le hablaban, le pedían ayuda, le consultaban sus problemas y aprendían de Él. Ignorar los evangelios es desconocer a Jesús. Cuando escuchamos a Jesús permitimos que Él vaya iluminando nuestra vida.

Cristo también está presente también en los más pobres, los enfermos, los necesitados. Nuestro encuentro con ellos es también un encuentro real con Jesús. Una familia solidaria es una familia llena de la presencia de Dios; y sus hijos maduran en el amor.


[1] Delegación Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida. Diócesis de Cadiz y CEUTA. Catequesis de preparación al matrimonio y a la vida de familia. Pag.33-35.

5 comentarios:

  1. En la palabra de Dios, ahi esta jesus vivo, sus enseñanzas, calro que debemos leerla, debemos orar y pedir sabiduria, simpre, Dios esta en todas partes, debemos cumplir los sacramentos para recibir a jesus en la eucaristia...

    ResponderBorrar
  2. Esta reflexión invita a profundizar en la relación con Jesucristo como pareja, reconociendo su influencia en la vida conyugal y comprometiéndose a seguir el camino que Él ha trazado.

    ResponderBorrar
  3. lo mas importante es poder reconocer a DIOS como nuestro redentor y salvador y este paso que damos es tener vivo a Dios en nuestra relacion de pareja ya que veremos reflejado a Dios en los sacramentos muy importante la oracion en familia ya que seremos mas fuertes antes las adversidades del enemigo cristo esta presente en todos los aspectos y esquemas que podamos tener pero mientras tengamos la presencia de el en nuestras vidas seremos llenos de felicidad

    ResponderBorrar
  4. En la palabra de Dios encontramos las respuestas a nuestras preguntas sobre nuestro matrimonio ya que el nos acompaña siempre en nuestro camino nos muestra el sendero de la a seguir por medio de las enseñanzas de su palabra debemos ponerla en práctica ya que los sacramentos que nos acompañan nos fortalecen como pareja.

    ResponderBorrar
  5. El texto nos indica que un matrimonio no se vuelve verdaderamente cristiano solo por el esfuerzo personal, sino a través del encuentro y la guía de Dios. Al centrar tu vida en Jesús, tu matrimonio refleja Sus valores y compromisos.

    ResponderBorrar

Encuentro No. 18

MOMENTOS ENCUENTRO No. 18 : CONFIGURAMOS NUESTRA CULTURA MATRIMONIAL Y FAMILIAR DISPONER (10 minutos) Inicia...